Cuando se filtró el calendario de actualizaciones de dispositivos Samsung a Android 7.0 Nougat se esperaba que para finales de febrero, aunque solo fuera momentáneamente en Turquía o en ciertos países del mundo, los modelos Samsung Galaxy S7, Samsung Galaxy S7 Edge, Samsung Galaxy S6, Samsung Galaxy S6 Edge, Samsung Galaxy S6 Edge+ y Galaxy Note 5 pudieran contar con la última actualización de Android. Sin embargo, febrero ha terminado y los únicos modelos que recibieron el software pertinente fueron el Samsung Galaxy S7 y el S7 Edge.
Previo al comienzo de la MWC 2017, Samsung anunció que se detuvo el calendario corriente de actualizaciones con motivo de "una revisión de calidad". Se sobreentiende que después de tanto tiempo los usuarios esperan una actualización enteramente funcional y sin fallos, pero ha pasado ya mucho tiempo.
Samsung ha declarado que no se encuentran en posición de poder afirmar para cuándo tendrán las actualizaciones, pero que están siempre trabajando en "entregar la mejor calidad de software disponible". Se entiende que las demoras son razonables cuando hay un período de optimización previo, pero una de las compañías de fabricación de smartphones más importantes del mundo no ha podido darle el merecido turrón a ninguno de sus modelos salvo a dos, mientras que equipos económicamente accesibles como el Motorola G4 funcionan vivitos y coleando con lo más nuevo de Android.
Es difícil aseverar que un retraso de siete meses sea necesario producto de la negligencia y la mala gestión, pero cuesta trabajo no asumir esa tesitura cuando otras compañías han podido entregarles a sus equipos lo debido en plazos más cortos con el éxito esperado.
Vía: PocketNow
