Microsoft anunció el despido de 7800 empleados, la mayor parte pertenecientes a la división de smartphones de la compañía, que fueron incorporados luego de la compra de Nokia. Asimismo, anunció que asumirá como pérdida 7600 millones de dólares, casi el mismo monto que pago por la compañía finlandesa.
La noticia llega luego de que altos ejecutivos ex-Nokia dejaran la compañía semanas pasadas, y señala la decisión de Microsoft de bajar los brazos en la competencia por la dominación del mercado de móviles. Microsoft reducirá drásticamente los smartphones que lanzará por año y creará tres categorías de la familia Lumia: Baja Gama, la gama más popular de Lumia, de Negocio, para el segmento corporativo e Insignia para los fanáticos inquebrantables de Windows.
Muchos analistas se apresuraron en anunciar la muerte de Windows Phone, pero con el lanzamiento de Windows 10 for Mobile en puerta, la interpretación de que Microsoft abandonaría totalmente el mercado es apresurada.
Aparentemente, Microsoft lanzará un máximo de seis dispositivos por año en los segmentos mencionados, mejorando la oferta puntual y evitando lanzar smartphones demasiado parecidos unos con otros que confunden.
De esta manera, Microsoft abandona la idea de competir con el iPhone y con Android para enfocar sus esfuerzos en donde más sabe, servicios y software, luego de que el ecosistema no lograra seducir a los desarrolladores para crecer lo suficiente para competir con las plataformas dominantes. Al menos por los próximos dos años entonces, Microsoft seguirá en el negocio de móviles.
Fuente: Reuters
