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iPhone X: principal benefactor de Samsung de cara al 2018

Dos cuestiones no se dudan acerca del iPhone X. La primera es que es que será uno de los smartphones más vendidos y deseados del mundo. La segunda es que el rotundo éxito del iPhone X podría reportarle a Apple algunos inconvenientes en tanto no disponen de la suficiente cantidad de displays OLED como para producir una cifra inicial más allá de pocos millones.

Pero sea que el iPhone X termine atravesando un período de desabastecimiento producto de su éxito contundente, sea que usuarios gusten de la calidad de imagen del display OLED ubicado en este smartphone o que el iPhone X no tenga las cifras de ventas que se esperan de él, Samsung saldrá beneficiado en todos esos casos en mayor o menor medida.

No es secreto que Samsung tiene el 89% del monopolio de producción de displays OLED y que en los últimos dos años la demanda de este componente se ha disparado a raíz de la intensiva carrera de especificaciones que muchos fabricantes están corriendo entre sí. Pero siendo competidor y proveedor, Samsung sale ganando normalmente: vende el atractivo display OLED al tiempo que se reserva grandes cantidades de un mejor producto, el Super AMOLED, para sus flagships.

Apple y su iPhone X no están ajenos a este circuito. El display OLED que el iPhone X lleva en su interior fue provisto por Samsung Display en cantidad de pocos millones. La mayoría de estos fue directamente instalado en un iPhone X, pero la cantidad no alcanzará a abastecer la seguramente masiva demanda que haya de este producto. Es allí en donde se manifiesta el corolario de brillante éxito del mundo Samsung.

Si el iPhone X se agota rápido, entonces Apple tendrá que negociar la compra de más cantidad de displays OLED a Samsung Display que, actualmente, es la única compañía que tiene stock de este componente y que a su vez satisfaga los estrictos criterios de calidad que requiere Apple para sus productos. Además, todo el tiempo que el iPhone X no esté vendiéndose es tiempo que el Samsung Galaxy Note 8, un atractivo smartphone con display Super AMOLED y de mayor tamaño que el del iPhone X, tendrá para predicarle a los consumidores impacientes por un smartphone de última generación.

Si el iPhone X no vende como era esperado, entonces Samsung secuestrará la popularidad del mercado internacional pues el Samsung Galaxy Note 8 y el Samsung Galaxy S8/S8+ son dos de los smartphones más espléndidos de este año. Y para quienes tengan un iPhone X entre sus manos y disfruten de la increíble calidad de un display OLED, quedarán absolutamente deslumbrados al saber que tiene una calidad de definición e intensidad de colores muy por debajo de la de los displays Super AMOLED.

Indirectamente, con su éxito, moderado o extremo, o con su fracaso, el iPhone X acabará siendo benefactor de Samsung, sea como proveedor o como competidor en el mercado de teléfonos inteligentes.

 

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