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Qualcomm ya no trabajará con Samsung para concebir un procesador de 7nm

Al igual que otras compañías del mundo que han crecido monstruosamente en los últimos años, Samsung ha sufrido una mutación genética, de nuevo, propia de las empresas de dimensiones impensadas: le han crecido nuevos miembros. En particular, brazos de trabajo cuyos dedos alcanzan a revolver en las aguas de prácticamente todos los negocios vinculados al mundo de los smartphones.

Uno de los brazos más extensos y fuertes de Samsung es su brazo LSI, esto es, su sector de fabricación de semiconductores (memorias y procesadores) que produjo una riqueza equivalente a US$4,44 mil millones. 40% de esa suma estrafalaria corresponde a sus acuerdos con Qualcomm, acuerdos que desde hoy se verán truncados por un TSMC, nuevo socio preferido de Qualcomm de cara al futuro de los semiconductores.

Así es, Samsung, quien fuera socio de dos años de Qualcomm para ayudarlos a concretar todos sus planes en relación a procesadores con tecnologías de 10nm ya no será más el fabricante preferido para encarar el proyecto del procesador de 7nm y proveedor de Tecnología de Litografía Ultravioleta Extrema (Extreme Ultraviolet Lithography Technology o EULT). En su lugar, esa labor la desempeñará TSMC.

TSMC ya se había encargado de robarle a Samsung otro importante cliente: Apple. El procesador A11 que acelerará todo en el corazón del adviniente iPhone 8 fue fabricado por TSMC en lugar del viejo amigo-competidor Samsung quien, por otro lado, continúa siendo el proveedor de tecnología OLED para la compañía de la manzana prohibida.

Las razones para este cambio abrupto de sociedades corresponden a la incipiente necesidad de EULT en la fabricación de procesadores, así como una agenda de fabricación y entrega en fecha, pues recordemos que demoras en la fabricación de los Snapdragon 835 de las que fue responsable Samsung le costaron a ambas empresas múltiples millones por no haber podido abastecer al mercado como esperaban.

Otra ventaja comparativa de TSMC por sobre Samsung es su nueva tecnología DynamicIQ que, a muy grandes y burdos rasgos, consiste en la posibilidad de integrar múltiples núcleos de un procesador en un solo grupo funcional, reduciendo así las penalidades en las tasas de transferencia que antaño se producían cuando dos grupos de distintos núcleo se comunicaban.

Con TSMC estando a la cabeza del desarrollo de tecnología de 7nm para los nuevos procesadores, su tecnología DynamicIQ, su EULT al día y su compromiso para cumplir las cantidades y fechas necesarias para un negocio exitoso, Samsung no tiene forma de oponerse a tal feroz competidor.

Claro que esto tendrá importante incidencias económicas en Samsung, quienes virarán por el momento sus inversiones a pulir la tecnología de 28 y 10nm en los procesadores, así como adelantarse al desarrollo de tecnología de 4nm de cara a los próximos años, con vistas a recuperar a Qualcomm como su aliado acaudalado.

TSMC planea comenzar a distribuir los procesadores de Qualcomm con esta tecnología de punta hacia comienzos de 2019, ideal para abastecer a los smartphones de primera gama que quieran debutar por los meses de marzo a mayo, como generalmente acostumbran a hacerlo los más importantes fabricantes de estos dispositivos.

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