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Qualcomm quiere prohibir que Apple venda su nuevo iPhone en EE.UU.

El nuevo capítulo de la novela jurídica entre Apple y Qualcomm parece ser el preámbulo de una tormenta dramática con resultados financieramente comprometedores para el bando perdedor. En anteriores escenas, Apple se había resistido a pagar sus pertinentes comisiones por la utilización de patentes de Qualcomm para la fabricación de sus chips. Qualcomm tiene una estrategia de contundente contraataque.

Qualcomm planea apelar frente a la Internacional Trade Commission (Comisión de Intercambio Internacional) alegando la ilegalidad del cese de pagos de Apple, solicitando que como consecuencia de este se ponga un freno a las importaciones de Apple en Estados Unidos, lo que redundaría en la imposibilidad de ingresar el iPhone en este mercado.

¿Por qué? Bueno, el iPhone se ensambla en China. La confluencia de componentes de este dispositivo se encausa por vías internacionales para desagotar en las fábricas asiáticas, en donde se concreta en forma del smartphone que todo el mundo ama. Lo que Apple tiene que hacer para ingresar su smartphone al mercado estadounidense es un procedimiento estándar de importación del mismo.

El freno a las importaciones de Apple que Qualcomm solicitaría como pena del corriente cese de pagos implicaría que Apple no pueda vender su principal producto en su mercado natal, poniendo así en jaque al iPhone 8.

El 60% de las ganancias de la empresa de la manzana prohibida son gracias a las ventas del iPhone, y de ese 60% de ganancias, el 40% es gracias al mercado autóctono. En el año 2016, ya nominalmente hablando, el iPhone vendió una suma de US$86,6 mil millones solamente en este mercado. El golpe monetario para Apple sería absolutamente devastador.

Pero, ¿qué tiene para perder Qualcomm? Habría que comenzar por mencionar que el cese de pagos de Apple le costó a Qualcomm US$500 millones solamente este trimestre, y que de proseguir esta política, las pérdidas llegarían a igualarse a un tercio de las ganancias que Qualcomm obtiene por el pago de licencias.

 

Económicamente hablando, además, Qualcomm estaría perdiendo peligrosamente su posición negociante. De Apple salirse con las suyas otras empresas que en el pasado han querido litigar contra Qualcomm o rehusarse a pagar lo que se cree es una tarifa injusta producto del supuesto monopolio del que se acusa a Qualcomm de estar armando también podrían hacerlo, coronando potenciales pérdidas importantes.

Es difícil prever si la ITC fallará en favor de una u otra compañía, pero de seguro el fallo será determinante en la economía a largo plazo de la empresa perdedora. Este enfrentamiento de titanes de seguro dejará saldos negativos para los consumidores, aunque es muy pronto para disipar con precisión cuáles serían estos.

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